El domingo en "El Puente Azul" cambiamos nuestras mesas de estación.
LAS MESAS DE ESTACIÓN WALDORF
Las mesas de estación están pensadas para que los niños
observen el paso del tiempo y de las estaciones y sientan los cambios continuos
de la naturaleza.
Es
un modo de ver como estamos unidos al mundo natural y como nos afecta los
cambios estacionales durante el año. A la vez, que también les sirve a los
niños y niñas para entender el paso del tiempo y lo que sucede en cada
estación, o cada mes, observando el ritmo cíclico y repetitivo de cada año.
En
todas las clases de la escuela waldorf están presentes, pero podemos coger esa
idea y llevarla a nuestras casas, buscando un rincón en el comedor o la cocina
para representar la mesa de estación, nuestros hijos e hijas estarán encantados
y servirá para tener espacios de encuentro y gratitud por lo que nos rodea a
toda la familia.
Normalmente las mesas de estación suelen estar compuestas
y decoradas con bonitas telas de algodón o sedas, eligiendo sus colores,
dependiendo de la estación en la que nos encontremos. Después, sobre éstas, iremos
colocando los diferentes elementos de la naturaleza y lo que represente a cada
festividad estacional o de cada mes.
Así
por ejemplo:
En
otoño
celebramos la fiesta de la segunda cosecha por San Miguel para agradecer los
frutos que nos da la Madre Naturaleza (granadas, calabazas, manzanas, almendras
y los cereales). Es el tiempo del coraje y el valor.
También
cada año al final de octubre se celebra la castañada, y la fiesta de la luz.
Los muñequitos como los gnomos y los minerales empiezan a cobrar importancia y
tienen mucho trabajo.
En
invierno,
celebramos el solsticio de invierno, llega el Rey Invierno y el manto
blanco de la Reina de las Nieves cubre la mesa de estación de la magia de sus
cristales y del frío. También se celebra la Navidad.
En
primavera,
el resurgir de la naturaleza, la floración, el despertar.
Se
puede colocar un centro con las primeras frutas, nísperos, albaricoques,
cerezas.
Una rama en flor de almendro y como elemento decorativo
una preciosa hada. Por Pascua puede venir una pequeña liebre con sus huevos
decorados.
En verano,
todos deseamos la llegada de San Juan, agradecemos la máxima producción de la
Madre Tierra, el buen tiempo y las vacaciones. Entra el elemento del agua
representado por el mar, un lago, un río. Las conchas, caracolas y barquitos
están presentes. Hay mucho colorido y es tiempo de estar al aire libre, todo
ello se refleja en la mesa de estación.
Es
precioso ver como los niños disfrutan contemplando y colaborando en la creación
de las mesas de estación.
Ellos
pueden traer del bosque o del campo cualquier elemento de la naturaleza que
aporte belleza estacional.
También
se puede colocar bellos centros con frutas de temporada y alguna
bonita postal ilustrada representativa de cada momento.
Es
bonito colocar alguna vela y un poema que leeremos junto con nuestros hijos
mientras encendemos la vela. Es un momento de compartir y de estar presente que
ellos agradecen. Podemos aprovechar los momentos en los que ellos traen algo
que han recogido o traído para añadir a la mesa de estación para leerlo y
encender la velita.
Por
último, también podemos decorar estos rincones con algún elemento realizado por
los padres como pequeños muñecos cosidos en fieltro o en lana que sean
representativos de cada momento.
Así
en cada estación podemos ir cambiando algunos elementos que suelen ser fijos
como las hadas que se cuelgan en el centro de la mesa, la figura de la Madre
Tierra (que podemos ir cambiándola y tener 4 diferentes para cada estación), y
las sedas o telas que irán cambiando también de disposición y de color.
By Rocio Alberich
on 16/10/2014 in Actividades
educativas, Pedagogía
Waldorf
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