lunes, 9 de noviembre de 2015

 EL REGALO DE LA HUMILDAD
 
¿Qué sucede cuando cómo padres o maestros nos sentimos incapaces de solucionar un conflicto con nuestros hijos o alumnos? ¿O cuando nos presentan comportamientos o situaciones que no sabemos cómo resolver?  Hagamos lo que hagamos nos vamos alejando cada vez más de ellos y nuestra frustración va siendo cada vez mayor.

No somos perfectos, ni tenemos que mostrar esa imagen de perfección ante nuestros hijos o alumnos. Somos personas, con nuestras luces y sombras, con nuestras imperfecciones y limitaciones. Los niños no buscan padres o maestros perfectos, los buscan auténticos. Porque mostrándoles modelos de perfección les estamos incapacitando para vivir.

Dice Fidel Delgado: “Todo el mundo acompaña justo hasta donde llega. Y cuando no llega, manifiesta sus límites”. Lo cual no es bueno ni malo, lo importante es ser consciente de ello, para poder decir a nuestros hijos o alumnos, con humildad: ‘hasta aquí en esto que me pides’; o yo no puedo, no sé, acompañarte.

Podemos regalarles a nuestros hijos o alumnos humildad. Es mucho mejor reconocer que no sabemos; que nos retiramos para aprender, para volver sintiéndonos capaces y preparados para seguir acompañándoles. Y sobre todo, porque volvemos dispuestos a seguir disfrutando de la tarea que es educar.
Sólo así, aceptando, conviviendo y conquistando nuestros miedos e incapacidades con respecto a ellos, podemos dejar de sobreprotegerlos y soltar ese exceso de responsabilidad que nos agota y bloquea.

Tu eliges, qué quieres transmitir y vivir con tus hijos y alumnos: modelos de perfección que nos llevan a la exigencia y la frustración o ser ejemplo para tus hijos y alumnos de humildad, paciencia (que es esa capacidad de darte las oportunidades que necesites para seguir aprendiendo)  y disfrute.

¿Qué eliges?

No hay comentarios:

Publicar un comentario